La equidad digital: ¿una utopía?

30 Mar, 2022 | 0 Comentarios

La equidad digital: ¿una utopía?

El entorno de Internet aumenta la brecha digital

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) nos ofrecen numerosas ventajas: mayor facilidad de acceso a la información, reducción de costes para usuarios y empresas, rapidez en las comunicaciones, automatizaciones de procesos, conexión entre personas, etc.

Pero la transformación digital también tiene su parte negativa. No se está dando por igual en todo el mundo, y existe un desequilibrio al que llamamos brecha digital.

El objetivo de los Estados y organizaciones es reducir esta brecha digital al máximo, con el objetivo de conseguir una equidad digital en todo el mundo. Sin tener en cuenta factores como país, renta, edad o limitaciones físicas.

¿Qué es la equidad digital?

Podemos definir el término como una situación en la que todas las personas tengan acceso a Internet, dispositivos y alfabetización digital. Sin importar el sexo, la nacionalidad o limitaciones físicas de los individuos.

Hoy, vivimos en un mundo interconectado y las herramientas digitales son proporcionan grandes beneficios. Pero en algunos casos, la única forma de realizar ciertas acciones es a través de Internet o dispositivos tecnológicos.

Esto provoca una brecha digital, dejando a un lado a aquellos que no tienen acceso a este tipo de recursos. Todo el mundo tiene derecho a ser educado para el mundo digital y no quedarse atrás frente a los avances tecnológicos.

La equidad digital significa más que solo acceso a Internet

La equidad digital en España y el mundo

Aún no existe regulación expresa sobre este tema, si bien es cierto que se trata de un reto del futuro y la encontramos en la Carta de Derechos Digitales.

Este documento fue creado para reforzar y ampliar los derechos de la ciudadanía. Generando certidumbre a la sociedad en esta nueva realidad digital y aumentar la confianza de las personas ante la disrupción que representa la tecnología.

En el segundo apartado de la Carta encontramos los derechos de igualdad, destacando los siguientes relacionados con la equidad digital:

Derecho a la igualdad y a la no discriminación

Se trata de un derecho fundamental que se aplica también al entorno digital que nos rodea. En particular, la Carta insta a promover la igualdad efectiva de mujeres y hombres en el ámbito de Internet. Para ello, se aplicarán medidas específicas para garantizar la ausencia de sesgos de género en los datos y algoritmos usados.

El INE define la brecha digital de género como la diferencia del porcentaje de hombres y el porcentaje de mujeres en el uso de indicadores TIC, expresada en puntos porcentuales.

En el último trimestre de 2021, la brecha relativa al uso de Internet es de 0.0 puntos. Esto supone que en nuestro país dicha diferencia es casi inexistente, pero no es así en otros puntos del mundo.

Derecho de acceso a Internet

Se obliga a los organismos, tanto privados como públicos, a promover el acceso universal, asequible, de calidad y no discriminatorio a Internet para todos los ciudadanos.

La Organización de Naciones Unidas ya se planteó este problema, e incluyó este derecho fundamental en el año 2016. Pero no todos los países apoyaron la decisión; de hecho, Rusia, China, Arabia Saudí, India y Sudáfrica mostraron su rechazo.

En el siguiente mapa, elaborado por Freedom House, puedes observar la libertad de acceso a Internet según el país. En color verde se muestran aquellos en los que existe libertad, y en amarillo donde existe algún tipo de control. Los que aparecen en color rojo se corresponden con los Estados donde no existe libertad de acceso de Internet.

Protección de los menores de edad en el entorno digital

La equidad digital es un problema realmente importante en los centros educativos, como consecuencia de la digitalización del aprendizaje. No todos los estudiantes pueden acceder a Internet para seguir el curso escolar, ni todos los que acceden lo hacen en igualdad de condiciones.

Según un estudio del Comisionado de Infancia, uno de cada cinco niños del primer cuartil de renta vive en un hogar sin ordenador (20%), frente al 0’9% del cuarto cuartil de renta. Esto nos indica que la falta de acceso a un ordenador es 20 veces mayor en los hogares más pobres de nuestro país.

Unicef nos señala que son cerca de cien mil hogares españoles los que no pueden conectarse a la red. Esto provoca una desigualdad notable entre los menores de edad en cuanto al aprendizaje se refiere.

Por otro lado, tanto los centros educativos como la Administración están obligados a la protección del interés superior de la persona menor y sus derechos fundamentales; especialmente los derechos a la intimidad, al honor y a la propia imagen, al secreto de las comunicaciones y el derechos a la protección de datos personales.

Accesibilidad Universal en el entorno digital

La Ley General de Discapacidad la define como una condición que deben cumplir los entornos procesos, bienes, productos y servicios. Así como los objetos o instrumentos, herramientas y dispositivos, para ser comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad, y de la forma más autónoma y natural posible. Presupone la estrategia de «diseño para todos» y se entiende sin perjuicio de los ajustes razonables que deban adoptarse.

Es una característica básica que deben cumplir los entornos virtuales, para que todos podamos acceder de manera autónoma. La accesibilidad es útil para todas las personas, pero resulta imprescindible para las que tienen alguna discapacidad o limitación funcional.

Según Eurostat, el 14% de la población de la Unión Europea entre 15 y 64 años tiene algún tipo de dificultad para realizar actividades básicas. Por eso, la brecha digital también afecta a todas estas personas y debemos trabajar para reducirla.

¿Conseguiremos llegar a una equidad digital?

Lo cierto es que no podemos saber la respuesta. No obstante, sí que es nuestro deber trabajar para contribuir a la reducción de la brecha digital.

En España ya se está empezando a trabajar en ello. La Carta de Derechos Digitales supone un primer paso hacia este objetivo de la igualdad en el ámbito virtual.

Debemos confiar en que futuras leyes fomentarán y facilitarán el acceso de todos los colectivos a los entornos digitales y su uso y capacitación para el mismo. Al menos, sabemos que tratarán de eliminar los sesgos discriminatorios basados en las diferencias por franjas de edad, nivel de autonomía y grado de capacitación digital.

¿Y tú que crees? ¿Es la equidad digital una utopía? Déjanos tu comentario

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Miguel López Ríos

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