La cláusula suelo es un punto del contrato de la mayoría de préstamos hipotecarios de interés variable. Con él, los bancos pretenden impedir que, aunque el EURIBOR baje, el interés del préstamo nunca disminuya por debajo de un determinado porcentaje, de manera que, hay deudores que llegan a pagar hasta dos o más puntos por encima del interés que les correspondería si no existiera dicha cláusula.
El resultado de eliminar dicha cláusula sería una reducción de la cuota a pagar de la hipoteca una media de 1.000 € al año. Por no hablar de si decidimos reclamar las cantidades indebidas cobradas por el banco con anterioridad, que ascenderían probablemente a miles de euros.